DESCUBRIENDO A THELMA

¡Hola a todos! Nuestra vida aquí sigue igual, desayuno, mercado, orfanato, descanso, comida, orfanato, cervecita, compras, cena, lectura o película y a dormir, es un resumen pero todos los días transcurren del mismo modo, no hay novedades, sorpresas ni altibajos.

Las sorpresas nos las da Thelma cada día, la niña modosita de los primeros días se está convirtiendo en un terremoto, ya se sabe que la confianza da asco y ella ya se ha tomado con nosotros toda la del mundo.

A nuestra niña le encantan las cosquillas, le gusta jugar a pillar, al principio le perseguía Toni y ella venía chillando hacia mí para que la “salvara”, ahora ya le reta para que él la pille, a los juguetes que le llevamos no les hace mucho caso, lo que más le gusta es sacarlos y volverlos a meter en la bolsa y eso sí, arrastrar la bolsa por todo el jardín le encanta; creemos que su color preferido es el rojo, con eso estará encantado mi padre pues es su color favorito, pues le compramos una caja de colores y una libreta y siempre pinta con ese color, pero lo que más gracia le hace son los complementos, nos ha salido muy fashion, un reloj de juguete, unas gafas, pulseras, collares, con eso está encantadísima, todos los días se los guarda en su armarito y cuando vamos a por ella enseguida pide que se los den.

Ahora ya entiende quienes somos, nos llama papa y mama (sí sin acento) a todas horas, nosotros cuando vemos que se aleja un poco (para nosotros unos diez metros) le decimos: mama y papa paka y enseguida se da la vuelta y viene con nosotros volando; como toda mujer que se precie es una mandona, nos lleva todo el día: mama dame la mano, papa sube, todo esto en ruso claro, “mama dairuku”, “issi papa” y nosotros embobados como estamos con ella pues a las órdenes de la niña.

Con la comida seguimos igual, nuestra niña quiere guardar la línea, hemos descubierto que lo que más le gusta es la fruta, plátanos, manzanas, melocotones, se los come en un santiamén y prefiere el agua al zumo.

Los ratos con ella en los jardines son un no parar, al principio se entretiene registrando mi bolso y la mochila de Toni para ver que novedades traemos, pero después a pillar, a dar una vuelta paseando, luego toca columpios, siempre en el mismo orden, una rueda, los puentes y otro trasto que gira, por último a la “machine”, un coche al que sube por delante y por detrás un millón de veces, es incansable, los papis llegamos reventados al apartamento; yo le digo a Toni que esto es como cuando teníamos a nuestros sobrinos un rato pues era todo jugar, que después cuando estemos en casa todo será diferente y habrá ratos de todo, incluso de relax, pero él me dice que no lo tiene tan claro, que no sabe como pararemos a esta niña.

Pero en fín, estamos encantados con esta revolución que ha sacudido nuestras vidas, sólo con ver cuando nos mira y nos llama papá o mamá, palabras mágicas que tanto tiempo esperamos oír, nos sobra ya todo o como cuando esta tarde al dejarla en su clase se ha vuelto llorando hacia mí con los bracitos abiertos para que la cogiera, sabemos que ya mataríamos por ella, eso es señal inequívoca de que ya nos quiere.

Os ponemos unas fotos para amenizar el blog

Besos y abrazos para todos.